TEJAS crujientes SIN ALMENDRAS
- Lupe Soto V.
- hace 6 días
- 2 Min. de lectura

Estas tejas caseras sin almendras son finas, crujientes y llenas de sabor. Ideales para quienes prefieren una opción sin frutos secos y mantienen la textura delicada típica de las tejas tradicionales. Perfectas para acompañar un café o como un bocado dulce en cualquier momento del día.
Las tejas de almendras son un dulce tradicional que tiene su origen en la repostería francesa, aunque con el tiempo se ha adaptado y popularizado en varias cocinas europeas, especialmente en España.
En Francia, se conocen como tuiles aux amandes, literalmente tejas de almendras y deben su nombre a su forma curva que recuerda a las tejas de los tejados.
Se desarrollaron originalmente como parte de la repostería clásica francesa en el siglo XIX, dentro de la tendencia de aprovechar las claras de huevo sobrantes, mezclándolas con azúcar, harina, mantequilla y almendras laminadas.
Esta receta tiene los mismos ingredientes pero sin las almendras. Es muy apropiada para personas alérgicas o con intolerancia a las almendras.
Tiempo de preparación: 7 minutos
Tiempo de horno: 7 minutos
Porciones: 24
TEJAS crujientes SIN ALMENDRAS
Ingredientes:
3 claras de huevo
150 gr. de azúcar glas
100 gr. de harina
100 gr. de mantequilla
Preparación:
Mezclar en un bol las claras de huevo.
Agregar el azúcar glas hasta integrar los ingredientes y obtener una textura lisa.
Tamizar la harina y agregarla a las claras con el azúcar glas.
Mezclar para que la masa con los tres ingredientes se integre.
Incorporar de una sola vez la mantequilla derretida y a temperatura ambiente.
La preparación queda firme y lisa.
En una placa con papel de horno, formar discos de masa con una cuchara mediana.
Los discos deben ser de 5 cm de diámetro como máximo.
Precalentar el horno a 200°C.
Hornear durante 7 minutos exactos.
Cuando los bordes están dorados retirar del horno y dejar enfriar en una bandeja por 15 minutos.
Si se quiere dar forma de teja, al retirarlas del horno colocarlas inmediatamente y con cuidado sobre un rodillo o palote de amasar al salir del horno. Dejar enfriar hasta que endurezcan.
Se conservan durante semanas en una lata bien cerrada.
¡Hasta la próxima!
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